El fútbol propiamente tal se remonta a la Inglaterra del siglo XIX, aunque existen registros de otras culturas que tenían prácticas deportivas parecidas, en las cuales había que desplazar un balón con el pie. Sin ir más lejos, el deporte de pelota de los aztecas, el tlachtli, se trata de intentar meter un balón en un orificio dispuesto a varios metros de altura.

En las islas británicas, también existen registro de juegos similares que tenían elementos en común, por lo que se supone una cierta relación entre estos. Estos juegos datan del siglo III de nuestra era.

Como se mencionó brevemente en la introducción, este deporte data de Inglaterra, nación en la cual este deporte se practicaba de diversas formas y con diferentes reglas. Los colegios ingleses jugaban con reglas disímiles, por lo cual había poco consenso sobre cuáles debían respetarse. Estas reglas se caracterizaban por su extrema violencia y parcialidad.

Algunas reglas de estos colegios permitían coger el balón con la mano (rubgy), por lo que la diferencia entre este deporte y el fútbol aún no era clara. Sin embargo, en 1848 se llevó a cabo una reunión entre los diferentes colegios ingleses, cuyo fin era ponerse de acuerdo en las reglas básicas del deporte.

Algunos colegios se inclinaron por mantener la regla de poder coger el balón con la mano, mientras que otros prefirieron las reglas que conocemos hasta el día de hoy. Pero fue solo hasta 1863, en la ciudad de Londres, cuando las primeras reglas del fútbol quedaron oficializadas.

Desde entonces, han variado aspectos como el tamaño de la cancha, el tamaño del balón, las dimensiones de las porterías, etcétera, pero aún se conservan las reglas que hacen de este deporte una experiencia única en el mundo.